Es común que pasado un tiempo distintas baldosas se terminan por romper, dejando un mal aspecto en el piso y causando constantes tropiezos. Por tal motivo te mostraremos, en simples pasos a seguir, cómo cambiarlas para que el suelo vuelva a lucir bien y que dejes de mirar hacia abajo para evitar una caída.
Primero hay que detectar todas las baldosas que necesiten ser cambiadas, para eso ten en cuenta las que estén flojas, rajadas y rotas. Teniendo el máximo cuidado con los pedazos que salten, inicia el retiro de las mismas ayudándote con un cincel y un martillo, rompiendo de a poco y comenzando por el centro.
Una vez realizado lo anterior con todas, hay que emparejar la superficie donde será depositada la nueva, para eso, coloca el cincel en posición diagonal y comienza a golpear suavemente con el martillo con la intención de sacar todo el material viejo sin quitar lo que se encuentra de base, para que la futura baldosa no quede inclinada.
Luego limpia bien todas las superficies donde irán las nuevas y humedécela con agua al igual que a las baldosas. Para la fijación hay que utilizar cemento cola, que se ubica generosamente en el hueco, bien esparcido. Esto debes realizarlo de a una, ya que si son varias las que hay que cambiar, cuando llegues a la última, el pegamento podría haberse secado.
Al momento de introducir la baldosa hazlo de manera prolija, dejándola caer suavemente sobre el hueco, teniendo en cuenta de mantener el mismo nivel que las que están a su alrededor.
Para finalizar, golpea gradualmente la baldosa con el mango del martillo y limpia los bordes con excedente de pegamento utilizando un trapo o una esponja humedecida. Realiza todos estos pasos con la cantidad que desees cambiar y verás que en poco tiempo tu espacio vuelve a lucir como antes.
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