viernes, 11 de septiembre de 2015

Confección de almohadones: Trucos y Consejos

Superando el dominio de los estilos, los almohadones coexisten en toda casa bien decorada, sin tener en cuenta si son redondos o cuadrados, pero dinámicos, juveniles, hechos para el descanso o para mejorar el aspecto de algún ambiente.

Para su creación se pueden emplear todos y cualquiera de los materiales conocidos: pana, lana, espuma de goma, poliéster, telas plásticas, elementos vinílicos y demás.

Si la tela que va a emplearse es lana, se confecciona el exterior en liencillo. Se cosen tres de sus lados y se introduce por la costura que ha quedado abierta el material elegido para rellenarlo. La lana deberá estar bien cardada para que no se apelotone y complique el proceso, además de romper con la estética elegida.

Una vez que ha quedado bien parejo, se cose la costura abierta y se procede a confeccionar la funda que va a recubrirlo en el material que se haya elegido: pana, terciopelo, seda, brocato, etc. Las costuras deben pasarse al revés de la bolsa, y el vivo decorativo, en el caso de llevarlo, se cose de la siguiente manera: se envuelve un cordel en una tira del mismo material de la funda del almohadón dejando dos pestañas unidas que luego se cosen.

Estas pestañas son las que a su vez permitirán la fijación del vivo entre los dos trozos de lienzo que constituyen ambas caras del almohadón. Una vez hecho esto, se procede a enfundarlo con la tela y se cose el único lugar que ha quedado libre.



En otros casos, cuando se emplean materiales como espuma de goma o plástica, el proceso de confección es idéntico. La única diferencia radica en que a veces se utilizan recortes de dichos materiales pegados entre sí, lo cual resulta más económico. En el caso de goma sintética se emplean cementos especiales sobre la base de caucho puro.


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