Las cortinas denotan el buen gusto y el toque personal que cada uno desea darle a su casa, diversos colores, estilos y forman visten los ambientes de la mayoría de las casas. Los materiales con que en la actualidad se cuenta para su producción son infinitos, ya que se han utilizado desde épocas antiguas, incluso, hay historiadores que afirman que su colocación en los huecos de puertas y ventanas haya sido posiblemente una de las primeras necesidades del hombre.
Hoy en día, el comercio ha sido invadido por innumerables telas y modelos que se adecuan a las necesidades de cada casa, y en cuya enorme variedad cada persona puede cubrir sus gustos o necesidades, desde los modelos más sencillos a los más extravagantes. También pueden adquirirse ya cortadas o hechas a medidas standard, pero lo más conveniente es confeccionarlas al gusto personal y con la tela elegida, ya que se trata de una tarea que no requiere grandes esfuerzos ni conocimientos.
Como primer paso, para confeccionar una cortina se medirá el ancho de la abertura en la cual deba colocarse. Para ello tomaremos como ejemplo una ventana con una rendija en el centro, o sea de dos hojas.
Para medir el ancho, se agregarán a la medida tomada en la hoja de la ventana unos 20 centímetros más. Luego se agregará una vez y media más o dos el ancho para los frunces. Para las cortinas de material liviano, como por ejemplo el nylon, deberán calcularse 5 centímetros más de altura para el dobladillo de arriba y 40 centímetros más para el de abajo; este último conviene que sea doble.
Luego de tomar correctamente las medidas, se procederá al corte de la tela con el máximo de cuidado de mantener las mismas. Muchas veces es preferible, con el fin de no arruinar la tela, si no se tienen la práctica suficiente, cortar antes un molde y probarlo sobre la ventana que llevará la cortina. De este modo se evitarán inconveniente y desperdicio de lienzo.
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