Asimismo, encontramos la pintura de imprimación, ésta se aplica por capas y subcapas sobre los materiales porosos y luego estos se cubren con la pintura de acabado (la de emulsión o solución).
TIP: El producto que colocarás en el acabado podrá funcionar como subcapa una vez que se diluya en un 15% con su disolvente (disolvente universal, trementina o agua) que deberá salir especificado en la etiqueta. Igualmente te encontrarás con pinturas especiales para los suelos, techos, las fachadas y también para la instalación contra la herrumbre (óxido del hierro), el agua, el fuego, entre otros.
Pinturas de Poliuretano: Mejor conocidas como lacas, este producto en solución es próximo a esmaltes, el cual posee unas cualidades técnicas muy buenas, por ello su elevado precio.
Pinturas Acrílicas: Hoy las que predominan son las acrílicas en emulsión, las pinturas al agua están casi obsoletas en su uso. Las ventajas de las acrílicas es que las puedes lavar y tienen una mayor resistencia. El uso que debes darles es para los interiores, con excepción del área de la cocina y los cuartos de baño. El aspecto de estas pinturas es satinado o mate (más comunes) y brillante.
TIP: Podrás encontrar la venta de estas pinturas en solución que están diseñadas especialmente para su uso en las fachadas.
Pinturas Vinílicas: Son emulsiones en las cuales el único disolvente es el agua. Sus características son muy semejantes a las pinturas acrílicas, por esto su uso es parecido, mas no se recomiendan en exteriores pues no resisten a la humedad.
Pinturas al Esmalte: Vienen en solución y están mezcladas con resinas duras o naturales, se les definen por su resistencia al agua y a la humedad; cuando están secas crean una película impermeable. Su aspecto, así como las vinílicas es de color mate, satinado o brillante y pueden aplicarse tanto en interiores como exteriores, sobre un trabajo de fábrica, metal o madera.
Seguiremos con este interesante tema en Tipos de Pinturas II.
No hay comentarios:
Publicar un comentario