El Hormigón I: Dosificación, Amasado y Fraguado

El hormigón es uno de los materiales más frecuentes en las construcciones. Una de las características que lo posicionan en el primer lugar es que su densidad y dureza al momento de fraguar, permiten que logre una consistencia única.

Debes saber que existen distintas clases de hormigones, esto siempre va a depender del cemento que vayas a utilizar y la técnica de mezclado que emplees.
En albañilería se estila identificar las proporciones de los materiales utilizados para aplicar el hormigón, en cifras. Esto se hace de la siguiente forma: Si se designan los números 1.3.4 esto quiere decir que tomarás 1 parte de cemento, 3 de arena y 4 de áridos.

Amasar el yeso: útiles para la preparación

Hay que destacar que el yeso, más que algún otro conglomerante, debe estar libre de materiales impuros. Esto se debe a que si no está libre de impurezas se puede alterar su cohesión y más aún, puede impedir que se dé la reacción química(fraguado) que es el efecto vital para poder endurecerse.

El envase que usarás para amasarlo será una artesa o gaveta. Antes eran de madera o metálicos, ahora se usan plásticos, pues son mucho más ligeros y cómodos en su manipulación. Si no está a tu alcance, puedes utilizar un barreño (vasija) que sea de plástico y esté limpio, te recomendamos los recipientes que tengan forma cuadrada o rectangular, pues con los redondos se tiene dificultad para recoger la masa con la paleta.

Tip

Conglomerante: Dicho de un material: Capaz de unir fragmentos de una o varias sustancias y dar cohesión al conjunto por efecto de transformaciones químicas en su masa, que originan nuevos compuestos.

Recuerda:

Antes de que amases el yeso, confirma que los materiales están listos para mezclarlos con él.

No olvides colocar un plástico para no ensuciar el suelo o de humedecer las grietas en caso de querer sellarlas.

Ten listos los materiales a utilizar: Paletas para amasar y extender; las llanas para alisar o extender y por supuesto, las piezas para amasarlo.

Tip

Los fabricantes aconsejan considerar un tiempo prudencial de reposo, de unos 3 ó 4 minutos, entre el final del amasado y el comienzo de la aplicación.

En la práctica puedes utilizar ese tiempo para que humedezcas el soporte, de esa forma la fábrica no absorberá el agua de la mezcla. De igual forma, no pases del período estimado pues así faltará tiempo para poder extenderlo.