Para comenzar con la instalación, primero tienes que buscar una caja de alimentación directa y allí será donde ubicarás el interruptor que mandará la alimentación hacia el reflector. En esta llave colocaremos el polo positivo, mientras que el polo negativo, quedará conectado como línea directa, o sea, que sigue hacia el reflector sin pasar por el interruptor.
La instalación la debes hacer de caño de hierro sujetado con grapas o con un cable reforzado para exterior. Los especialistas, no recomiendan el uso de un caño corrugado o de PVC para exteriores ya que los mismos se deterioran al no ser aptos para la intemperie.
Una vez preparada la cañería, amurada y con sus grapas adecuadas sobre una pared o superficie firme, tienes que pasar una cinta guía pasacable por la cañería y une, al final de la cinta, los conductores de alimentación negativa y el retorno de lámpara (polo positivo pasando por interruptor).
La colocación del reflector para exterior, se hará a través de dos tornillos (6 o 8 mm de espesor) con tarugos. Una vez atornillado verifica su firmeza para un mejor funcionamiento y conecta los cables a la bornera del reflector. Si llegas a encontrar algún agujero en el reflector por donde pueda filtrar el agua, se recomienda sellarlo con silicona para exterior.
Para la colocación o el cambio de la lámpara del reflector debes quitar el tornillo de agarre del vidrio y el mismo bajará por medio de un eje. Luego de verificar que el consumo (Watts) de la lámpara sea el adecuado para la capacidad del reflector, envuelve la lamparilla (cuarzo) en un nylon, para evitar el contacto directo con la temperatura de la mano, y colócala en su lugar.
Para finalizar, verifica que la lámpara encienda correctamente y vuelve a situar la tapa, prestando atención en que ésta quede bien colocada. Cabe aclarar que nunca debe ser de mayor consumo la lámpara que el consumo que figure en la capacidad del reflector, ya que se produciría un mal funcionamiento.
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