El origen de las tuberías se remonta a miles de años atrás, en civilizaciones como la China o la Persa, quienes con la necesidad de llevar agua hacia los distintos hogares y a su vez eliminar los desperdicios, comenzaron a perfeccionarse cada vez más en esta actividad tan importante, la fontanería.
En la actualidad también puede considerarse como una industria significativa, ya que en las últimas décadas hubo avances que contribuyeron a mejorar la calidad de vida de millones de personas. Cada vez es mayor la cantidad de individuos que tienen acceso al agua potable, gracias a la instalación de tuberías.
Las tuberías pueden estar hechas de distintos tipos de materiales que varían en su consistencia y su maniobrabilidad. Se encuentran las de plomo, pero debido a su alto grado de toxicidad ya no se utilizan para la distribución del agua potable, por tal motivo, fueron reemplazadas por las de hierro, mucho más resistentes y duras, por lo que su manipulación es más complicada.
Hoy en día las más usadas son las de cobre, las cuales son muy resistentes y flexibles, lo que hace que sea más sencilla su colocación ya que también existen complementos para realizar la instalación. Otro tipo de tubería muy común son las que se encuentran fabricadas de plástico o PVC, vienen de distintos tamaños y a la hora de cortarlas no ofrece complicaciones, sin embargo, no son resistentes a los cambios de temperaturas.
Todas los tipos de tuberías nombradas anteriormente pueden ser ensambladas de diversas formas, utilizando la soldadura, o mediante rosca. También existen accesorios para conectar los caños entre sí o con cualquier tipo de equipo, los más comunes son, las bridas, los codos, los reductores y las válvulas. Por eso, puedes realizar pequeños arreglos hogareños sin mayores dificultades.
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