Preparativos
Independientemente del acabado, sea mate, brillante o satinado, o el color, la pintura la debes elegir según el paraje donde la vayas a aplicar y la naturaleza de soporte.
Debes guiarte por la norma NTE-RPP, quien regula la información que trae la etiqueta del envase, estas son: Las instrucciones del uso, el rendimiento teórico, el acabado, disolvente, tiempo de secado, toxicidad, sello del fabricante y más.
Cantidad necesaria
Calcularás la superficie que vas a pintar y elegirás los envases que necesites, según el rendimiento que te dará la pintura. Multiplicarás por dos si el área requiere dos manos de pintura. Si el soporte es poroso deberás prever una cantidad ligeramente superior; si el área ya se encuentra pintada, la cantidad deberá ser aún más ligera en caso de que el color de la pintura sea parecido al establecido.
Equipamiento
Esto siempre va a depender del trabajo que tengas que realizar, aunque debes tener al menos un juego de herramientas de uso básico. Procura adquirir materiales de excelente calidad, recuerda que el resultado de la pintada dependerá de la calidad de los instrumentos. Las brochas no son muy costosas, sin embargo, sería muy productivo que obtengas un conjunto de los distintos tipos que hay, además de proveerles la debida conservación.
TIP: Consigue la cantidad de pintura que necesitarás para hacer el trabajo, de esta manera te evitarás cambios de tono que puedan producirse eventualmente.
El disolvente es muy importante que lo utilices con una cantidad suficiente para mezclarlo con la pintura, esto lo sabrás con precisión por las instrucciones de los envases, estos también te indicarán cómo limpiar correctamente el material luego de usarlo.
Los rodillos deben estar en una cubeta específica, en la que quepan según su anchura y con una rejilla donde pueda escurrir la pintura.
Atuendo: Es importante que la ropa a emplear sea cómoda y no holgada, pues sería un obstáculo en la labor. Tampoco ignores la gorra y los guantes de goma para trabajos específicos.
Preparación del Soporte
Luego de haber cubierto los defectos que pudiese haber presentado el área de trabajo u obra de fábrica, lavarás las paredes con agua y jabón (50 g de jabón por litro de agua: Esto permite mejorar la adherencia de pintura pues quedará libre de grasas). En el caso de paredes que contengan revoque (capa o mezcla) de mortero de cemento, se les añadirá un agente neutralizante para combatir la alcalinidad del material. En los nuevos enyesados, sólo se aplicará primeramente una capa de imprimación para evitar que absorban la pintura.
Los suelos forjados, de cemento o baldosas, no necesitan de una previa preparación ya que con un buen decapado, desengrasado y aclarado, más una limpieza ocasional, serán más que suficientes.
Retira toda huella o vestigio de pintura vieja que encuentres en los instrumentos de carpintería por medio de decapantes químicos, lamparillas para soldar o pistolas de aire caliente. De ser necesario, taparás los agujeros con el apoyo de los tapaporos.
En la próxima entrega de Tipos de Pintura III, sabrás cómo decapar y aplicar la pintura.
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