El modo de aplicación cuenta con dos capas, una gruesa y luego una fina. Antes de comenzar se separará la superficie de la pared, realizando líneas verticales de revoque, de diez o quince centímetros de ancho, con una distancia de un metro o de un metro y medio una de otra.
Una vez que las guías se han secado, se moja con agua la superficie a revocar, sin que quede exceso. Esto servirá para que la pared no absorba el líquido de la mezcla y ésta se desprenda. Luego, se toma un poco de mezcla con la cuchara y se lanza desde cerca con un moviendo de muñeca, comenzando desde abajo de la pared hacia arriba.
Cuando se haya terminado de agregar la mezcla en el cuadrado delimitado, se apoyará una madera (regla) inclinada sobre las guías y se comenzarán a realizar movimientos de un lado hacia otro subiendo lentamente. Esto servirá para quitar el exceso de material y que quede uniforme. Luego se rayara la superficie para que la segunda capa se adhiera mejor y se dejará secar.
La segunda capa será de revoque fino, y como se hizo anteriormente, se debe mojar la pared antes de comenzar. Este monto será de medio centímetro de espesor y utilizaremos, además de la parte de atrás de la cuchara, un fratacho para ir colocando la mezcla que iremos tomando con el cucharón.
Sin arrojar la mezcla, se va depositando de abajo hacia arriba y, una vez terminado, se comienza a utilizar la llana a la inversa para que quede bien parejo. Como último toque se le puede pasar una esponja húmeda que le dará un aspecto más liso a la superficie.
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